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El estudio de los sentimientos y las emociones ha tomado mediante el modelo de la inteligencia emocional gran importancia en el área organizacional. Inicialmente se consideraba la existencia de algunos individuos con un coeficiente de inteligencia superior a los demás, pero debido a los importantes conocimientos aportados por esta teoría, se considera que la Inteligencia Emocional es una destreza que permite conocer y manejar los propios sentimientos, interpretar y enfrentar los sentimientos de los demás, sentir una satisfacción y ser eficaces en cada una de las actividades que desarrollen, así como también crear hábitos mentales que favorezcan la productividad y el desempeño laboral. (Araujo y Leal, 2007), citado en (Carmona, Vargas & Reyes, 2015).
Te invitamos a realizar las siguientes actividades que favorecerán tu inteligencia emocional y la mejora productiva y organizacional.
1.Bitácora de emociones en un
día.
La actividad consiste en que inicies
tu día de manera habitual, pero con la encomienda de registrar los momentos, eventos
o situaciones que te generan un cambio de emociones, puede ser laboral o
situación del ámbito personal. En una hoja deberás anotar a detalle qué evento
es el que te genera un cambio de emoción, posteriormente escribe qué emoción te
generó y por último cuál fue tu reacción ante esa emoción. Este ejercicio te
permitirá reconocer las emociones que afectan tu desempeño laboral o en tu vida
diaria.
2. Hablar abiertamente de tus emociones.
La segunda actividad consiste
en realizar un ejercicio de hablar abiertamente de las emociones con tus
compañeros, es decir, cuando te enfrentes a una situación con algún compañero que
genere en ti un cambio de emociones, es necesario que en el momento que
consideres más prudente y razonable, hables con tu compañero sobre lo acontecido,
explicando las emociones que te generó y cómo poder mejorar en futuras
ocasiones. Esto ayudará a favorecer el clima laboral y puede servir como guía
de acción.
3. Analiza cómo reacciona tu jefe o líder.
Por último debes hacer un
ejercicio que consiste en observar cómo reacciona tu jefe inmediato en los
contextos de crisis, es decir, cuando tu líder se encuentre bajo una situación
de estrés, o un cambio repentino, debes observar sin intervenir cómo reacciona,
cuáles son sus gesticulaciones, color de piel, tono de voz, cómo se dirige contigo
y el resto del equipo. Esto será con la intención de que seas consciente de que
todas las miradas convergen en el líder en busca de orientación, ya que
explícita o implícitamente determina la norma emocional de tu grupo de compañeros.